Los principales contaminantes que afectan la salud pública en Ciudad Juárez, particularmente a través de la degradación de la atmósfera, son las partículas suspendidas y el ozono troposférico, los cuales provienen tanto de la combustión de combustibles fósiles en vehículos y procesos industriales como de actividades como la quema de biomasa, un factor que contribuye considerablemente al empeoramiento de la calidad del aire.
El director del Laboratorio de Climatología de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), Adrián Vázquez Gálvez, explicó que, aunque las partículas suspendidas representan un problema constante durante todo el año, esta situación tiende a intensificarse en la temporada invernal debido al aumento de la quema de basura y leña, lo cual afecta directamente la atmósfera y, al mismo tiempo, puede ocasionar diversos problemas de salud, como afecciones en las vías respiratorias, irritación ocular y cutánea, así como una reducción en la visibilidad.
Asimismo, el académico añadió que cuando las partículas suspendidas se combinan con el óxido de nitrógeno, un contaminante liberado en grandes cantidades por el elevado flujo vehicular en la ciudad, se puede generar una mezcla altamente perjudicial para la salud de los habitantes, ya que dicha combinación puede provocar desde ataques de asma y reacciones alérgicas hasta inflamación en el sistema cardiovascular, lo que incrementa considerablemente el riesgo de enfermedades crónicas.
