En el marco del Plan de Justicia para los Pueblos de la Sierra Tarahumara, la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, firmó dos decretos que reconocen la propiedad comunal tradicional de tierras, lo que permitirá regresar 800 hectáreas a la comunidad de Baborigame, en un acto que busca resarcir los derechos territoriales de los pueblos originarios y fortalecer su autonomía.
Durante su visita al Centro Deportivo Juventud 2000 en el municipio de Guadalupe y Calvo, la presidenta Claudia Sheinbaum destacó que esta acción es una muestra del compromiso del gobierno federal por preservar la historia cultural de los pueblos originarios, impulsar el desarrollo de sus territorios y restituir sus derechos territoriales, los cuales han sido reclamados durante décadas por las comunidades indígenas que buscan el reconocimiento legal de sus tierras ancestrales.
En ese sentido, Sheinbaum aprovechó su visita para comprometerse a aumentar anualmente el presupuesto del programa Caminos Artesanales, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, trabajar de la mano con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para expandir el acceso al servicio eléctrico en las zonas más necesitadas, así como atender las carencias en cuanto a medicamentos que enfrenta el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en las comunidades de la región.
Por su parte, el capitán de la comunidad de Baborigame, Carlos Rivas Herrera, aprovechó la oportunidad para solicitar al Gobierno Federal la implementación de medidas más estrictas para la protección de la fauna y flora de la Sierra Tarahumara ante los frecuentes incendios forestales, proponer la creación de programas de distribución de agua para las viviendas, así como la mejora de los sistemas de salud y educación integral para los niños y adolescentes indígenas.
Asimismo, Rivas Herrera pidió que, mediante un esfuerzo interinstitucional con el Gobierno del Estado, se construya un hospital en la comunidad de Baborigame que permita no solo mejorar la atención médica, sino también incrementar la plantilla laboral y, lo más importante, respetar y preservar las costumbres y tradiciones de la comunidad, asegurando que la atención sea acorde con su forma de vida y necesidades.
