Las recientes ráfagas de viento en la ciudad han provocado una alta concentración de partículas en suspensión, lo que ha generado niveles de alerta en la calidad del aire, advirtió Felipe Adrián Vázquez Gálvez, coordinador del Centro de Ciencias Atmosféricas y Tecnologías Verdes del Instituto de Ingeniería y Tecnología de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
El especialista explicó que las partículas finas no se sedimentan y permanecen flotando en el aire, lo que puede generar graves afectaciones a la salud, especialmente si alcanzan los alvéolos pulmonares, donde se realiza el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre, representando un mayor riesgo para personas con enfermedades cardiacas o respiratorias.
Además, señaló que, aparte de las partículas finas, existen las ultrafinas, originadas por los escapes de los automóviles y la quema de combustibles, a las cuales la población también está expuesta debido a la dinámica industrial y manufacturera de la ciudad.
De acuerdo con el académico, el límite saludable de partículas en el aire es de 64 microgramos por metro cúbico, sin embargo, debido a las condiciones actuales, la concentración podría superar las 500 o 600 unidades.Ante esto, Vázquez Gálvez recomendó evitar la exposición al aire libre, sellar ventanas y puertas para reducir la entrada de polvo y proteger los ojos al salir, ya que las partículas en suspensión pueden causar irritación ocular y problemas respiratorios.